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Los efectos del estrés en el peso y las hormonas... Reconoce los síntomas

Algunos expertos estiman que entre un 75 y un 90 por ciento de todas las visitas médicas están relacionadas de forma directa o indirecta con problemas causados por el estrés.

El estrés es un gran problema en la sociedad actual debido, en gran medida, a las redes sociales, las largas jornadas laborales y la falta de ejercicio físico, entre otros factores. Y, aunque hay muchas enfermedades reconocidas como consecuencia del estrés, hay una enfermedad que la gente suele pasar por alto: el impacto en los niveles hormonales y la habilidad de mantener un peso saludable.

Mujer corriendo al aire libre para combatir el estrés

 

¿Cuáles son las señales físicas del estrés?

Cualquier fuente de estrés en el cuerpo, tanto si se trata de estrés físico como emocional, desencadena la producción de la hormona cortisol, también conocida como la hormona del estrés. El cortisol es un elemento importante para nuestra supervivencia, ya que es la hormona que nos hace reaccionar en situaciones de peligro, como por ejemplo saltar fuera del alcance de un coche que se acerca a gran velocidad.

 

El problema es que cuando estamos constantemente en situaciones de estrés, el nivel de cortisol permanece elevado y esto impacta muchos procesos corporales, como el metabolismo y la estabilidad emocional. Algunos estudios indican que producir cortisol en exceso de manera crónica está relacionado con la ansiedad, los problemas de sueño, los desequilibrios hormonales, los problemas de fertilidad y, por supuesto, el aumento de peso. 

 

Cuando interviene en la pérdida de peso, el estrés puede ser un problema complicado de detectar, porque puede que no sepas que es el causante de los obstáculos que te impiden conseguir tus objetivos. A continuación, encontrarás 5 formas en las que el estrés crónico puede afectar tu calidad de vida de forma negativa, perjudicar el equilibrio hormonal y, consecuentemente, obstaculizar la pérdida de peso.

 

Los 5 efectos más comunes del estrés

1.El estrés perjudica el sueño

El cortisol es una hormona relacionada con la capacidad de estar alerta, así que su función principal es mantener a las personas motivadas, despiertas y receptivas. Los niveles de cortisol suelen ser más elevados por la mañana y se van reduciendo a lo largo del día, hasta llegar a su punto más bajo por la noche, a la hora de irse a la cama. 

 

Cuando los niveles de cortisol y otras hormonas del estrés, como la adrenalina, son más altos de lo normal durante el día, puede ser más difícil dormirse, o dormir durante toda la noche. Puede hasta que te despiertes entre las 2 y las 4 de la mañana con energía, pero con confusión. Esta falta de sueño puede impactar directamente el mantenimiento de un peso saludable, ya que la privación de descanso afecta los niveles de leptina y ghrelina, las hormonas que dictan el apetito y la sensación de saciedad después de comer.

 

2.El estrés promueve los antojos

No es ningún secreto que cuanto más ajetreada y frenética se vuelve la vida o los horarios, más difícil es mantener una dieta saludable. Especialmente cuando se trata de nuevos hábitos alimentarios, algunos estudios muestran que el estrés empuja a las personas a volver a antiguos hábitos integrados como consecuencia de señales del entorno.

Debido a la interferencia de las hormonas del estrés en el humor, el sueño y la digestión, los altos niveles de estrés suelen contribuir a los antojos de azúcar y carbohidratos. Además, algunos estudios demuestran que las personas más sensibles a los efectos del cortisol suelen consumir más calorías en los días de estrés en comparación con las personas menos sensibles al cortisol. Debido al efecto del estrés en el hambre, las personas más sensibles al cortisol suelen tener antojos de alimentos azucarados cuando están tristes o abrumadas, por lo que hay un mayor riesgo de ganar peso y de contraer problemas de salud.

 

Algunos estudios que han examinado las relaciones entre el estrés y los hábitos alimentarios han descubierto que unos niveles de estrés elevados son un factor de riesgo muy importante en el desarrollo de muchos tipos de adicciones, entre ellas las adicciones de comida. Además, el estrés puede contribuir a un mayor riesgo de obesidad y otras enfermedades metabólicas que están estrechamente relacionadas con la ingesta de alimentos muy apetecibles y muy calóricos que provocan sensación de euforia (como los alimentos altamente procesados, altos en grasa o en azúcar). Esto se debe a que el estrés disminuye los niveles de las “hormonas de la felicidad”, como la serotonina. Por eso, buscamos el placer y bienestar producidos por los neurotransmisores a través de alimentos reconfortantes.

Mujer haciendo una pausa en su sesión de running para combatir el estrés

 

3.El estrés contribuye a los problemas digestivos

El estrés es una de las causas principales de los problemas y desequilibrios digestivos, como el estreñimiento o la diarrea (ambas asociadas con el SCI), el reflujo gástrico y las intolerancias a los alimentos FODMAP. Esto se debe a la acción inflamatoria del estrés, que puede dañar el tejido del tracto gastrointestinal, dificultando la correcta absorción de los nutrientes y aumentando otros síntomas relacionados con el síndrome del intestino permeable.

 

Los problemas digestivos provocan un gran malestar y pueden dificultar el seguimiento de una dieta variada rica en fibra y alimentos integrales, que es una parte esencial para la pérdida de peso. Además, la falta de ciertos nutrientes (debido a la malabsorción) puede incrementar el apetito en un intento del cuerpo de conseguir las vitaminas y minerales que necesita.

 

Y, por supuesto, comer demasiado debido al estrés también puede provocar problemas digestivos. Algunos estudios han demostrado que el incremento de hormonas del estrés puede afectar las señales recibidas mediante las hormonas del apetito que indican cuándo es hora de comer y cuánto debemos comer. Algunas investigaciones recientes sugieren que la secreción de ghrelina es “extremadamente sensible tanto al estrés agudo como al estrés crónico.”

 

4.El estrés dificulta llevar un estilo de vida activa

 

Es posible perder algo de peso simplemente siguiendo una dieta más saludable, pero la actividad física es un factor esencial para mantener un peso saludable, sentirse bien en el propio cuerpo y mantenerse en un buen estado de salud. Debido a las propiedades inflamatorias del estrés y la acción debilitante que tiene sobre el sistema inmune, también puede provocar síntomas que dificultan llevar un estilo de vida activo, como la falta de energía, una recuperación pos-entrenamiento más lenta, enfermedades frecuentes y dolor o rigidez en los músculos y las articulaciones.

 

5.El estrés puede llevar a la obnubilación, al mal humor y a la falta de fuerza de voluntad

Una de las funciones del cortisol es transportar la glucosa en la sangre (obtenida de fuentes de carbohidratos en la dieta) a los músculos con tal de encargarse de amenazas o fuentes de estrés. Cuando el cuerpo está constantemente estresado y la glucosa es desviada para combatir las potenciales amenazas, queda menos energía, o combustible, para la actividad cerebral y la estabilización del humor.

 

Algunos estudios han demostrado que los cambios hormonales debidos al estrés pueden afectar negativamente la habilidad de acceder a memorias, pueden dificultar la creación de nuevas y disminuir la capacidad de crear nuevos hábitos saludables. En situaciones de estrés, es más probable que vuelvas a hábitos antiguos debido a comportamientos dirigidos por metas. Esto puede bloquear tu habilidad de asociar el ejercicio y/o una dieta saludable con las mejoras en tu humor y tu bienestar, dejándote sin la motivación necesaria para intentar seguir con los buenos hábitos.

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